viernes, 11 de septiembre de 2015

Bildu en la Diada

Supongo que a los catalanes les dará asco ver a Bildu en la Diada y saber, además, que organiza un acto en Pamplona en su apoyo. Pero es que a los catalanes les debería molestar la Diada misma, porque cuando se conmemora una derrota las intenciones no pueden ser buenas.
Es obvio, por otra parte, que cuando digo catalanes me refiero a aquellos que son respetuosos con las leyes y con el resto de los españoles, sean independentistas o no. El independentismo es una opción legítima, aunque no tenga sentido, que no lo tiene, si se trata de conseguir a través de las vías reglamentarias.
Un buen número de los habitantes de Cataluña no respeta las leyes, ni al resto de españoles, o sea que son antidemócratas. Habrá que denominarlos de algún modo que permita distinguirlos de los demócratas. La palabra catalufos va tomando fuerza. El catalufo mayor, el grandísimo cretino al que buena parte de los españoles le desea que el Estado se haga cargo de él y le proporcione alojamiento en régimen de pensión completa, durante una buena temporada, es Arturo Mas, el hombre que ha causado un daño grande a Cataluña y también a España. No es extraño que Bildu se solidarice con estos tipos.
El nacionalismo es una de la ideologías más perversas y peligrosas y algún día Felipe González tendrá que darse cuenta de la burrada que hizo al apoyarlo con tanta firmeza durante el periodo constituyente. Ignoro si José Borrell, al que los nacionalistas temen mucho, lo ha comprendido, pero es posible que sí, aunque no creo que lo diga.
Sin los nacionalistas, Cataluña sería hoy la región más rica de Europa, o estaría camino de serlo. Con los nacionalistas, se ha empobrecido y esto es patente.
Las cuentas que hacen con respecto a una hipotética independencia son ilusorias, porque nada sería igual. No hay ninguna base para hacer cálculos. La ruina estaría en el horizonte.

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