El título es una frase hecha, pero lo cierto es que quien paga manda y si se empeñara De Guindos la Iglesia, como ha sabido hacer cuando ha tenido otros compromisos delicados, encontraría las excusas adecuadas para complacerle.
Ya nos vamos dando cuenta, por otra parte, los ciudadanos de que es más fácil que Luis de Guindos diga misa que tome la senda correcta. Él ha optado por castigar las espaldas de los trabajadores, de los funcionarios, de los pensionistas, es decir, de los más indefensos. Y probablemente le parece un acto de valor y hasta de justicia.
Lo cierto es que los nacionalistas le van a plantear un órdago y lo van a asustar. No se atreverá a aceptarlo. Le parece más fácil asestar el golpe a los de siempre.
La Generalidad catalana, que dicen que ha señalado el camino a Rajoy llevando a cabo unos recortes inhumanos, anuncia un gasto de 23,2 millones de euros para lo que le conviene.
Creo que a estas alturas a nadie le cabe duda de que los nacionalistas tienen una representación excesiva en el Parlamento. Pero al bueno de Rajoy le irrita que le hablen de la reforma electoral. IU y UPyD trabajan por el bien de España y tienen muchos más votos que los nacionalistas, que predican el odio a España, y, en cambio, éstos tienen mucho más poder.
Necesitamos un sistema verdaderamente democrático para poder salir de la crisis por la puerta grande, pero De Guindos querrá que lo hagamos empobreciendo a los pobres y enriqueciendo a los ricos.
La Comunidad Valenciana, gobernada desde hace mucho por el mismo partido de De Guindos, está absolutamente endeudada, no puede pagar a los proveedores, pero sigue con unos gastos absurdos y prescindibles.
Vamos mal, De Guindos, muy mal.
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