martes, 18 de septiembre de 2007

¿Hay crisis?

Presenta Alan Greenspan su libro de memorias en el que afirma deberán ir subiendo para poder controlar la inflación que en el 2030 deben alcanzar al menos el 10 por ciento. Con ello deja a Botín a la altura del betún y como incierta la boca de Alierta. ¿Qué es eso de que la crisis no afectará a España? Miguel Ángel Fernández Ordóñez, por su parte, presume de la solidez de las empresas financieras españolas. Lo que sabe todo el mundo es que muchas familias españolas viven angustiadas. Han de hacer grandes sacrificios y privaciones cada mes para poder pagar la cuota de la hipoteca. La angustia es real. Greenspan ha terminado de bajarlas de la nube, en la que soñaban con un futuro próximo en el que las cosas fueran como las pensaban cuando decidieron firmar la hipoteca. Lo más probable es que las mensualidades que han de pagar sigan subiendo y su asfixia cada vez mayor. Aquello tan hermoso que les incitaron a creer ha acabado por convertirse en una trampa de la que no pueden salir. ¿Qué ocurrirá si uno de los cónyuges va al paro? ¿Qué querencia tienen los políticos por el ladrillo que ninguno alertó del peligro que se cernía? Es hora de soluciones y a Rajoy se le ocurre una estrambótica e inviable. Ante los tiempos difíciles que no es que se avecinan, sino que ya están ahí, se imponen soluciones drásticas. No hay remedios milagrosos, por tanto hay que mirar a largo plazo, lo que supone que habría que invertir en investigación y en buscar formas de desarrollo. A corto plazo, habría que reducir el número de cargos políticos, de asesores perfectamente prescindibles, de campañas publicitarias de los partidos. Pero no lo harán, necesitan de la grandilocuencia. De modo que las angustiadas familias no sólo tendrán que pagar las cuotas de las hipotecas, sino que tendrán que seguir costeando con sus impuestos los coches oficiales, las tarjetas Visa, los viajes de los diputados (aunque a menudo éstos no tengan ningún interés para los ciudadanos), etc. Hay crisis, pero la crisis no es para todos.

1 comentario:

María Paz Díaz dijo...

Creo que la solución pasa por un compromiso de bajar y mantener bajos los tipos de interés, al menos hasta que la burbuja inmobiliaria sea ya sólo un mal recuerdo, claro que precisamente fueron esos intereses bajos los que la inflaron... dificil solución.

En fin, entre tanto agobio hipotecario y salarial, conviene pensar en la solidaridad, así que te he dado un premio:
http://elcolordelcristal.blogspot.com/2007/09/premios-blog-solidario.html