miércoles, 11 de octubre de 2017

Negociar, ¿qué?

Los catalanistas se inventan una historia llena de odio, falsedades, tergiversaciones e inventos, se la hacen creer a los crédulos, que ya se ve que son muchos y parece mentira que siendo tan mayores se crean tantas mentiras, hace un daño incalculable a Cataluña, pero también al resto de España, y ahora quiere negociar.
Es de esperar que sus actos no queden impunes y que todos los que han tenido algo que ver con el desaguisado cometido paguen por ello, con penas de cárcel y multas proporcionales al daño hecho.
Tras el descalabro económico sufrido por Cataluña, como consecuencia de la disparatada aventura de esos irresponsables catalanistas cabe suponer que nos van a tener que subir los impuestos. La parte positiva es que el catalanismo se ha acabado para siempre. Si hoy en día es imposible que se produzca el secesionismo de Cataluña, cada año que pase va a ser más difícil.
En el caso de producirse la independencia, Cataluña no podría pagar las pensiones, tampoco la lista de que tendrá pronto. Todas estas empresas que se han ido de Cataluña o están a punto de irse tenían que saber eso desde hace mucho tiempo. ¿Por qué no frenaron la locura catalanista en sus inicios, por qué, en cambio, la han estado financiando? Estas son preguntas que nunca responderán, a pesar de que tenemos derecho a hacérselas, porque su incompetencia nos va a salir muy cara, y eso sin contar el riesgo que hay de que muera algún loco.
El gobierno español no tiene nada que negociar con los delincuentes, el simple hecho de que se plantee la posibilidad ofende a los contribuyentes, otra cosa es que haya por ahí un partido que debería estar en Venezuela y no aquí tratando de sembrar la confusión. Lo que tiene que hacer el gobierno español, y de modo inexcusable, es pedir cuentas a los traidores.


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