domingo, 22 de octubre de 2017

Cataluña, liberada

Sólo a un tarado mental se le puede ocurrir que la aplicación de la ley sea un golpe de Estado.
El hecho de que sean muchos los que digan eso lo único que indica es que el número de tarados mentales es elevado.
Según La Sexta punto com, Baltasar Garzón ha dicho, y este es el titular que figura entrecomillado y que transcrito tal cual: “El 155 se incluyó en la Constitución para no aplicarlo, sólo para disuadir”. El ex juez debe de creer que todos somos tontos, pero a la vista de la cantidad de gente que vive del cuento cabe pensar que quizá tenga razón. No hay más que ver lo limitaditos que son muchos de los políticos que un día sí y otro también dejan constancia de su incapacidad. Los hay en todos los partidos, pero en algunos de ellos son abrumadora mayoría. También hay partidos de los que no se puede esperar nada bueno y sólo la estupidez de los legisladores ha posibilitado que sean legales.
Lo cierto es que a partir de ahora los catalanes que supieron conservar la cordura, incluso en ese clima que denuncia la cineasta Isabel Coixet, sentirán una sensación de libertad similar a la que sintió Enrique Arias Vega, que fue director de El Periódico en la época más exitosa de éste, tras abandonar Barcelona y recalar en Valencia. Ese agobio asfixiante se ha acabado, esperemos que para siempre, porque los ciudadanos libres no permitan que se vuelva a las andadas. El lloriqueo, que es el cacareado hecho diferencial, debe pasar a la historia para siempre. Por cierto, los catalanistas valencianos quisieran implantar en el Reino de Valencia ese mismo clima asfixiante. Siempre tienen la palabra fascista en la boca para quienes no se tragan sus bolas.
Ahora falta ver si Puigdemont y Junqueras tienen la gallardía de dar el paso que tuvieron que dar, empujados por ellos, Cuixart y Sánchez para ir con ellos y que no se queden solos en la cárcel.

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