jueves, 27 de febrero de 2020

Castigan al vigilante

Conviene aclarar algunos conceptos que a la gente sectaria no le interesa tener en cuenta. Cumplir la ley, o hacerla cumplir, es defender los intereses de los contribuyentes. Todo el aparato del Estado está sostenido con su dinero. Si Eichmann se hubiera negado a cumplir las órdenes que recibía seguramente habría sido gaseado también, pero él no formaba parte de un Estado Democrático.
Durante la visita de Delcy Rodríguez a España, hecho que en principio se negó, es posible que casi todos los que tuvieron que ver con el asunto cometieran delito, por acción o por omisión. Y han ido a sancionar al único que seguramente cumplió con su obligación. Es un trabajador, claro, como los guardias civiles que vigilan en condiciones penosas la mansión de un simpatizante de los etarras. El vigilante es un trabajador que cumplió con su obligación y el partido en el poder lleva la O de obrero en sus siglas. El presidente del gobierno, que es el Secretario General que lleva la O de obrero en sus siglas, y la E de España, se marca unos numeritos con los criados, otros trabajadores, que han de abrirle las puertas del coche, que no se permite ni Su Majestad el Rey, que conduce su propio coche y se abre la puerta él mismo.
Además de este partido que conserva unas siglas de modo tan claramente inmerecido, hay unos sindicatos, que no viven de las cuotas de sus afiliados, sino de las subvenciones que se les otorgan arbitrariamente, con lo cual lo de que defienden a los trabajadores se convierte en un mito. Quien paga manda y como consecuencia de ello todavía no han abierto el pico en defensa del trabajador castigado injustamente, mientras que quienes presuntamente incumplieron la ley es posible que hayan sido premiados.
En España, desgraciadamente, se da, en mayor medida que en otros lugares, lo que Étienne de la Boétie describió en su Discurso de la servidumbre voluntaria.


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