Está imputado, si no me equivoco, y a pesar de ello actúa como si no pasara nada, siguiendo las instrucciones de la casa, es decir fuego a discreción contra la extrema derecha y la derecha extrema, según las definió el Felón, al que cada vez se le ve peor.
Y eso que en esta ocasión se conoce que la presidenta del PP estuvo en su papel -no digo que en otras ocasiones no lo esté-. Era un momento en que tocaba unir fuerzas, todos contra el fuego, pero por parte socialista la norma fue atacar a la derecha y hacer lo menos posible. Hay muchos detenidos, por su implicación directa en el origen de varios fuegos, y bastantes más están siendo investigados por el mismo motivo. Sin embargo, el presidente del gobierno, narcisista quizá irredimible ha decretado que los incendios se deben al cambio climático. Él sabrá como ha hecho para meterse en la cabeza de los incendiarios, presuntos unos y posibles otros.
El caso es que en las fotos se ve al tal Gallardo más fresco que una rosa, y eso que es posible que entre pronto en la cárcel. Sería curioso saber cómo digiere en su fuero interno esta realidad. No tiene ningún mérito para ser diputado y, sin embargo, va encadenando altos cargos socialistas. Es uno de esos políticos que abundan en todos los partidos, aunque en algunos son más abundantes, que no sirven para nada, pero gozan de cargos con sueldos escandalosamente altos si se los compara con el rendimiento que dan. Lo del Felón es distinto, sin duda porque confiaba que a estas alturas ya lo tendría todo dominado. No es así, pero está intentando hacer todo el daño que puede. El hecho de que su hermano ya tenga permiso para vivir en Japón es un dato. ¿Qué pasos tendrá previsto dar?
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