Ayuso es la mejor. Defendiéndose de quienes la atacan, desde luego. Tiene muchas cualidades la chica. No se achanta, no teme las críticas, no se deja impresionar por los poderosos. Se tuvo que dar cuenta Casado, que contaba con que ella se arrugaría enseguida y quien se tuvo que ir fue él. Ya he dicho varias veces que debería haber sido elegida ella como presidenta del partido.
Ha bautizado, con mucha gracia y más exageración a Sánchez, que se conoce que no duerme pensando en ella. Si el, por desgracia, presidente caminara por la calle en un momento podría montar una verdulería, frutería, huevería, tan solo con la cantidad de regalos que recibiría. Pero no quiere abusar de la gente, ni aprovecharse de su dadivosidad, y ordena a Marlasca, sin mirarlo siquiera, que cierre las calles y que vigile los balcones y azoteas. Ayuso le ha llamado «el galgo de Paiporta», y el nombre ha hecho fortuna y ya será difícil que se quite el sambenito. Por eso digo que si ella fuera la presidenta del PP, con lo cual tendría más libertad de acción, él ya no estaría en España.
Lo de galgo es muy exagerado, porque en realidad se fugó caminando despacito y muy protegido. Es lógico que se fugara. Todo el mundo, salvo la juez de Catarroja, sabe que es el culpable de la catástrofe. En esas circunstancias y viendo el cabreo del personal, lo lógico es que quisiera largarse de allí cuanto antes. Ya no ha vuelto. Pero todo su aparato de propaganda intenta cargar todas las culpas sobre las espaldas de Mazón, que no lo hizo nada bien, pero no es el culpable mayor.
Distinta fue la actuación de los Reyes en el mismo caso, puesto que al no tener arte ni parte en lo sucedido fueron al encuentro del personal, y luego han regresado muchas más veces.