jueves, 20 de julio de 2023

Mazón nos engaña

 

Cuando Fabra cerró la televisión valenciana, en un acto muy valiente con el que desafió a toda la izquierda y todo el catalanismo, lo hizo mediante un pretexto incontestable: o televisión o sanidad.

Chimo Puig la volvió a abrir, con consecuencias nefastas para la sanidad, con la finalidad de que nos familiaricemos con el catalán, pretensión condenada al fracaso.

La deuda que obligó a Fabra a cerrar la televisión ha crecido considerablemente, debido a lo mucho que se ha subvencionado al catalanismo. No cerrar la televisión es desautorizar a Fabra y traicionar a los valencianos, porque esperan que el dinero de los impuestos se gaste bien.

Y luego la tomadura de pelo mayor. Afirma que en Valencia no se habla catalán, sino valenciano, pero a continuación que se apoyará en la AVL, con lo cual ya ha dicho una mentira. González Pons y le gusta tomar el pelo a la gente. Si hace lo mismo que él, los catalanistas volverán pronto. Por lo menos, Chimo Puig promueve el catalán a las claras. Si ahora viene uno del PP a promover el catalán a las escondidas, el personal se va a cabrear pronto.

El catalanismo está hundiendo a Cataluña de forma irreversible, ha hecho mucho daño en las Baleares, y también en la Comunidad Valenciana, cuyo nombre correcto es Reino de Valencia.

Permitir que el catalanismo siga infiltrándose es hacer un daño duradero a la Comunidad.

Hay que prescindir de la AVL, decirles a los académicos que son unos sinvergüenzas, porque el dinero que cobran, por no hacer nada de provecho, es necesario en otras partes, y sugerirles públicamente que dimitan.

Lo que cuesta tanto dinero en la AVL se obtiene gratuitamente del IEC. Pero lo genuinamente valenciano está en la RACV. De esta fuente es de la que debería beber cuando tuviera alguna necesidad o le surgiera alguna duda sobre la lengua valenciana.

Esos libros míos

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