martes, 5 de septiembre de 2023

García-Page, tontiastuto número 42

 

En realidad, he puesto 42 a ojo de buen cubero. No sé cuántos serán, quizá sean más. El primero fue Felipe González, claro. Se lo dijo Rafael Sánchez Ferlosio: «¿Qué teme González, el pragmático político de mirada tontiastuta de gatazo castrado y satisfecho?».

A estas alturas ya son tantos los socialistas que han puesto negro sobre blanco que aquel lema suyo «de cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades», no era más que una estratagema para mirar por encima del hombro a sus rivales políticos y para justificar su pertenencia al PSOE convirtiéndola casi en una exigencia moral, porque lo que de verdad les motiva es la pasta. Ellos mismos, con su actitud, lo demuestran: están en el PSOE por la pasta.

Toda la arquitectura ideológica a partir de la cual mostraban una insolente superioridad moral sobre los demás -y estos se dejaban acomplejar- se ha derrumbado estrepitosamente con Sánchez.

La desinhibida vicepresidenta del gobierno, experta en traiciones y aficionada a proferir disparates del tipo «no frivolicemos con el comunismo, porque es democracia y libertad» o justificar que se gastó un dineral en un viaje «porque fue a ensanchar la democracia», -o sea, que aparte de que tiene la cara muy dura, no sabe lo que dice-, se ha gastado otro dineral para visitar a un prófugo.

Y García-Page, como si dijeras ‘la esperanza de Feijóo’, ha criticado el viaje por su ‘opacidad’. Lo que ha hecho Yolanda Díaz, que es traición a la patria, debería estar castigado con pena de cárcel.

En 1978 prácticamente todos los españoles estaban llenos de ilusión. En 2023 solo hay un español ilusionado. Hay unos votantes socialistas que lo sostienen porque están enfermos de sectarismo y no se dan cuenta de que se perjudican a sí mismos. Y hay otros, como García-Page, que lo sostienen por la pasta. Y hablan de dignidad.

Esos libros míos

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