viernes, 20 de septiembre de 2024

De modo que en la Embajada

 

O sea, que altos representantes de una sanguinaria narcodictadura chantajearon, coaccionaron y amedrentaron a un ciudadano venezolano que no ha cometido más delito que presentarse a unas elecciones y ganarlas ampliamente dentro de la Embajada de España en Venezuela. ¡Qué vergüenza para los españoles que tenemos!

Pide el PP la dimisión de Albares. ¡Pobrecito! ¡Pero si no hace más que obedecer! El hecho de que sea tan engreído demuestra su poquedad. Debería dimitir el gobierno entero. Si alguno de los ministros tuviera vergüenza lo habría hecho ya. Sánchez ya sabemos que no. Es el Felón. Siempre dándosela de demócrata y ocurre que tiene tratos a escondidas con asesinos atroces, o lo felicita Hamás, otra organización terrorista.

Si hubiera algún diputado socialista con vergüenza, se sabría, porque habría roto el carnet.

Parece mentira, pero es cierto, y quien no lo crea que le pregunte a Zapatero, que en un embajada española puedan actuar de forma impune esos criminales que no tienen escrúpulos de ningún tipo.

Por su forma de actuar anterior a este episodio se podía entender, y no he sido el único que lo ha pensado, que a Sánchez no le interesa que caiga Maduro, y si para que este se mantenga en el poder ha de torturar y asesinar sin tasa ni medida, pues tampoco le importa a nuestro cabeza hueca presidencial. Por lo menos, Zapatero se escribe sus libros. También son pura filfa, pero son suyos.

En los tiempos de Felipe González había socialistas de corazón y socialistas de carnet. En algunos se daban ambas condiciones, pero no eran muchos. Todos los que quedan actualmente son de carnet, de los que quieren sacar algo. Y los votantes son ciegos, obtusos, o llenos de odio.

Ojalá hubiera socialistas con ganas de hacer algo por los demás, por España, y no golfos como estos que pasean los huesos de Franco y luego caen de rodillas ante Maduro.

Esos libros míos

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