Circula la especie de que el Felón arde en deseos de que lo imputen, porque así el juez Peinado tendrá que ceder la causa al Supremo y éste tendrá que pedir un suplicatorio, que evidentemente no será concedido, y morirá para siempre.
Pero los jueces no se chupan el dedo y tienen en cuenta que Begoña y David no están aforados y, además, sus casos están mucho más adelantados que el del propio, que por el momento tan solo se vislumbra, aunque eso sí, fuertemente. No parece que tenga escapatoria.
Claro que aquí todos cuentan con Pumpido, cuyo papel es extraño, puesto que parece ser que su intención es demostrar que domina la técnica jurídica, y también la venganza. Quiere vengarse de algo y esto lo ciega, le impide ver la realidad, el barranco hacia el que se encamina. El Felón es muy poca cosa para romper España. Causa graves perjuicios, pero es porque se ha encontrado con una concatenación de circunstancias favorables, pero nada cura eternamente, y es torpe, vago y cobarde. Dicen que no es tonto. ¡Pues claro que es tonto! Puesto que tiene el poder, abundan los que le adjudican cualidades que está lejos de tener. Teniendo todo a favor, va a acabar de la peor manera posible.
Parece fuera de duda que tanto Begoña como David serán imputados más pronto que tarde. No se espera una reacción inteligente por parte de su marido y hermano, sino que los augurios son de que va a dar voces y puntapiés. Habrá que ver cómo reacciona el PSOE a estas imputaciones, cuando se produzcan. Y a la del fiscal general.
Y habrá que ver, mientras tanto, qué pasa con Aldama, con Ábalos y con el fiscal general, y otros casos que afectan al PSOE y que también están en camino. Todos ellos constituyen un cerco en torno al felón.