Es muy posible que Feijóo se haya planteado que la tarea que le va a dejar el Felón cuando caiga -no tiene más remedio que ocurrir, porque hay muchos motivos para ello- es superior a sus fuerzas y que sería conveniente que cediera el paso a una persona más intrépida, como lo es Ayuso.
Si se fijara en el espíritu de sacrificio de María Corina Machado y Edmundo González, que el 10 de enero se arriesgarán a que los torturen y maten con el fin de lograr la libertad de Venezuela, le resultaría más fácil sofocar su egoísmo.
En el mal llamado Congreso socialista de Sevilla se han lanzado consignas cutres e infames, se ha aplaudido a delincuentes, se ha aceptado el latrocinio, se ha desafiado al Estado de derecho -lo han hecho quienes tienen obligación de defenderlo- y se ha atacado burdamente a los jueces.
La situación de España es muy grave y se necesita a gente decidida para intentar mejorar la situación. Es muy posible que el Felón, que no sabe vivir sin hacer trampas y sin jugar con ventaja, quisiera matar dos pájaros de un tiro. Ayuso y Lobato serían las piezas que querría cazar. Como no sabe hacer nada, encargaría el diseño de la operación a los doscientos mil asesores que tiene, con el resultado de que al cabo del tiempo el que ha caído es el más débil de los dos, el manso corderito que se llama Lobato. Pero ha surgido un problema para el PSOE y es que sin pretenderlo puede acabar llevando a la cárcel a unos cuantos socialistas, y hasta él mismo puede acabar imputado.
La vieja guardia socialista está que trina e intentará salvar al partido, no a España.
Si la situación en sí misma es muy difícil, hay que tener en cuenta que tampoco los partidos que forman parte del gobierno o lo apoyan van a facilitar las cosas, sino todo lo contrario.
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