lunes, 15 de diciembre de 2025

Antisemitismo criminal en Australia

 

El odio hace mucho daño. Podría decir ahora que sobre todo al que lo siente, pero el caso es otro, porque hay muchos muertos que deberían estar vivos. Han asesinado a unos cuantos judíos en Sidney y herido a muchos otros. Estaban celebrando la fiesta de Janucá, una festividad judía, cuando dos individuos dispararon contra la multitud, causando el daño señalado.

Uno de los terroristas fue abatido y el otro tendrá que escuchar, supongo que interiormente orgulloso, todo lo que le digan en el juicio.

Hay algo que no se acaba de aclarar en esta vida y es el derecho al odio, pero antes que este convendría tener en cuenta la estupidez rampante. Habiendo una fiesta judía, que seguramente se desarrolla todos los años, el elemental sentido común debería haber motivado a la policía a ejercer una eficaz vigilancia, ¿o es que no sabe la policía de Australia que el antisemitismo recorre el mundo? Deberían tener a todos los antisemitas controlados.

Es una vergüenza que esto haya podido ocurrir, teniendo en cuenta que se trata de un colectivo perseguido a través de los tiempos, que ha venido sufriendo bajas a lo largo de la historia y que no obstante se mantiene fiel y firme en su determinación. Los judíos, a fuerza de ser perseguidos, discriminados, encarcelados, torturados y asesinados, han desarrollado una inteligencia que les ha llevado a conseguir más premios Nobel que ningún otro grupo humano, tienen más patentes y más obras de arte que todos, y no obstante siguen siendo perseguidos sin cuartel. Los líderes de todos los sitios en los que están asentados deberían poner todo su esfuerzo en procurarles protección y evitar que ningún loco o grupo de locos hiciera de las suyas con ellos. No hay nada que pueda justificar la acción homicida de quienes los atacaron y el castigo que merecen no puede ser otro que el cadena perpetua.

Esos libros míos





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