sábado, 29 de diciembre de 2018

Las religiones y la Constitución

Resulta curioso que la religión católica, algunos de cuyos preceptos o puntos doctrinales son incompatibles con ella, figure de forma expresa en la Constitución.
En mi opinión es un error grave, porque proporciona motivos a otras religiones para que también demanden privilegios. Algunas de ellas están hechas para el mal, o sea, para subyugar a sus fieles y llevarlos por los derroteros que se les antoje a sus líderes. Esto no significa que todos los adictos a estas religiones sean malas personas y si fuera así estaríamos perdidos. Me refiero al Islam y a los Testigos de Jehová, cuya seña de identidad, en ambos casos, es la sumisión, que es contraria a la naturaleza humana. Algunos confunden, a menudo interesadamente, la sumisión con la docilidad, que es otra cosa distinta y muy sana y recomendable. También coinciden las dos religiones citadas en que el bien y el mal no existen, sino tan solo la voluntad de Dios. ¿y cómo saben ellos cuál es esa divina voluntad? Solo se me ocurre pensar que preguntándoselo al ayatolá de turno, o a su equivalente. Aunque a lo mejor ni siquiera se le puede preguntar, sino que hay que estar atento a lo que diga, cuando lo quiera decir.
Ninguna religión de las que operan en España, y seguramente ninguna del mundo, se ajusta a la Constitución. Si para constituir una asociación hay que cumplir determinados requisitos lo lógico sería que con las religiones ocurriera lo mismo. Y aquí topamos con la dificultad de prohibir las religiones que no se sometan. Ese gato es muy grande para ponerle el cascabel. Pero el Estado tiene la obligación de proteger y defender a sus ciudadanos, especialmente a los más vulnerables, entre ellos a los más crédulos. No sería muy complicado hacer una lista con los preceptos de la Constitución que incumple cada una de las religiones y difundirla ampliamente.

No hay comentarios: