miércoles, 12 de junio de 2024

Yoli, traicionada

 

Lloran, como si fueran unos pedazos de pan, quienes fueron los primeros en sufrirla y a partir de ellos todos los demás, porque no se le ha quedado nadie sin ser traicionado o traicionada.

Cuando Iglesias, tras haber fracasado, tuvo que abandonar la política la eligió como sucesora y para Sánchez eso fue como ver abiertas las puertas del cielo.

Había formado gobierno de coalición con Podemos. Y él, que no tolera el mínimo desliz en sus subordinados, soportaba con rabia creciente que los podemitas fueran a la suya y por su culpa murieran decenas de miles de personas por el virus chino, o tuvo que soltar a pederastas y violadores, etcétera. Y encargó a Yoli que acabara con ellos. Ella aceptó el encargo. Una traición más en su currículum.

Pero cuando Tezanos -tiene que haber sido él- advirtió a Sánchez de que muchos de sus votantes lo iban a abandonar y que no había modo de recuperarlos, éste recurrió a la opción heroica -es un decir, que de héroe no tiene nada- y se dispuso a pescar en los caladeros de votos de la extrema izquierda, el único lugar en que puede hacerlo. Como consecuencia, enemistó a España con Argentina, Israel e Italia, pero minimizó su derrota electoral.

El equipo de opinión sincronizada se ha puesto inmediatamente a la tarea de contar las cosas del modo que le conviene al Felón, pero sus aliados ya saben que si se descuidan les va a quitar a todos sus votantes, así que se espera que a partir de ahora se esfuercen en conservar a su electorado mostrándose menos sumisos.

Por su parte, Sánchez hará lo posible para durar en el cargo, y no dudará en aliarse con quien sea. Le habría dado lo mismo hacerlo con Netanhahu que con Jamenei, si hubiera podido y si hacerlo con cualquiera de ellos le hubiera garantizado la presidencia. Pero no es él, sino que actúa por cuenta del PSOE, dando la cara, mientras los demás se guarecen tras las excusas.

Esos libros míos

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