jueves, 6 de junio de 2024

Begoña, en las portadas del mundo

 

Los diputados socialistas están sufriendo por ello. Se les acaba, se les acaba. Ellos, tan obedientes y tan sumisos y Begoña y Pedro tan torpes. Arriesgando más de la cuenta confiados en la impunidad.

Pedro lo quiere tener todo bajo control, pero hay jueces que no le obedecen, y eso no le gusta.

Aunque cuando lo enfocan las cámaras procura salir siempre sonriente, cuando no las hay es muy peligroso, da puntapiés sin parar y grita encolerizado.

Últimamente, además le ha dado por escribir cartas. El ‘negro’ que se las hace no es muy ducho. Las lanza a los cuatro vientos y en el mundo se estarán riendo de él. Especialmente Milei, Meloni y los judíos.

Los ofendió con el fin de arrebatarle votos a la extrema izquierda, pero ahora toda esa estrategia se ha ido a pique, porque hay un juez que no se ha dejado amedrentar.

Lo que revelan las cartas que lanza al mundo, para vergüenza de los españoles y regocijo de los demás, es que tiene miedo. Miedo de perder el poder, porque sin el poder no es nada. Quizá no haya vislumbrado todavía la posibilidad de ir a la cárcel, seguramente piensa que aún le quedan cartuchos.

Sin embargo, cuando caiga, que caerá, necesariamente, porque el Estado es más fuerte que él, todos esos que tanto le aplauden le van a pedir cuentas. Aparte de eso, se van a multiplicar las querellas contra él.

Entonces se demostrará que la condición de resiliente es excesiva para él, que hay que procurarle otro apelativo más acorde con sus merecimientos.

No tiene nada de heroico lo suyo, sino mucho de traicionero, de cobarde y de descarado.

Lo de Begoña no tiene buen cariz y el modo que tiene él de intentar solucionar el asunto da muchas pistas. Si no tuviera miedo a la acción de la justicia, se comportaría de modo mucho más tranquilo.

Esos libros míos

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