jueves, 26 de junio de 2025

Sánchez ya sabe que se va

 

Ha firmado el cinco por ciento con la OTAN, pero luego se hace el remolón para incrementar el gasto, y lo que aumente será con trampa, si lo dejan. De modo que esa ampliación del porcentaje la deja para sus sucesores en el gobierno y mientras tanto procurará dejar la caja lo más vacía posible.

Supongo que la tentación de Feijóo será actuar del modo más parecido al de Rajoy, pero si hace eso fracasará rotundamente, porque la papeleta que le dejará el PSOE esta vez es dantesca. La vez anterior Zapatero intentaba hacer creer que su afán era favorecer a España, pero que las cosas salieron mal. Sánchez lo ha puesto todo al descubierto. La mala fe suya, la de Zapatero y la de Felipe González, que lo originó todo, pero si no fuera por el Felón habría sido más difícil caer en la cuenta, o no ya caer, sino convencer al mundo.

Tampoco salen muy bien librados Aznar y Rajoy. Hay que tener en cuenta que el primero, que tantas canalladas hizo y cuyas consecuencias pagaremos durante mucho tiempo, tiene una que las sobrepasa a todas, como lo es la de faltar a su promesa de devolver a la justicia la independencia que le había arrebatado su predecesor. Si la hubiera cumplido nos habríamos ahorrado muchos males. Rajoy, sencillamente, se encontró con parte del partido corrompido y fue cobarde. Se dedicó a ir por su carril, esperando que con eso bastara. No se dio cuenta de la catadura del sujeto que tenía en la oposición y al que tampoco el PSOE supo amarrar.

Pues así estamos ahora, en 2025, con sensación de fracaso y miedo por las barbaridades que puede hacer el PSOE antes de dejar el gobierno. No cabe ser optimista mientras al frente del partido y del gobierno haya un narcisista irredento e irredimible.

Esos libros míos



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