Cuando aparece Estados Unidos en la escena recurren a la soberanía, pero cuando lo hace alguno de los infames secesionistas no les importa nada, porque en realidad odian tanto a España como a la primera potencia mundial.
Pero aquí la cuestión es otra. Esos socios están a favor de una potencia que ha prometido liquidar a Israel, «desde el río hasta el mar» dicen y repiten y lo hacen hasta los tucanes. Las mujeres han taparse el cabello y la cara, so pena de ser sometidas a suplicio o asesinadas y a los homosexuales los cuelgan de una grúa, con la característica de que los levantan del suelo, para que sufran más. Por si faltara poco, esta potencia iba en pos de la energía nuclear y ya le faltaba muy poco para conseguirla.
Está todo el mundo contento con la decisión de Trump y estos imbéciles, socios de Sánchez, se ponen en plan María Magdalena, llorando como plañideras. El miniministro ha salido a la carrera a plantarle cara a Trump. ¿Cómo puede ser tanta imbecilidad? Ya Israel los tiene fichados a Sánchez y Albares y cualquier día nos van a contar cosas de ellos que imaginamos pero no sabemos. Esos dos son temerarios, desconocen el peligro, aunque en realidad quien lo desconoce es Sánchez, Albares solo es un pelota.
Los ciudadanos de Irán, según cuentan quienes han estado en el país y muestran las bravas mujeres iraníes desafiando el castigo, ofendiendo a Jamenei, mostrando los cabellos, enseñando sus rostros, están deseando acabar con la tiranía, que, no obstante, tiene instalado un aparato represor muy difícil de sortear. Pero ahora es el momento, vamos a ver hasta dónde llegan Israel y Estados Unidos. Hay que acabar con el régimen de modo que no pueda volver nunca. Es la única manera en que el Estado de Israel podrá sentirse seguro.
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