lunes, 15 de julio de 2019

Calvo, de Cabra

Cuando Carmen Calvo fue ministra con otro presidente catastrófico, que llevó a la ruina a los españoles, a muchos para siempre, dijo: «estamos hablando de dinero público, y el dinero público no es de nadie», demostrando con ello que es una cabeza de chorlito y que no tiene respeto por los contribuyentes.
Espanta pensar que el cabrito que la ha hecho ministra de nuevo tiene el propósito de subir los impuestos, y no contento con eso, dando prueba de un sadismo sin control, nos restregó al Otegui por los morros. Algunos han visto como conveniente la barbaridad, pero ese no es mi caso y no la vi. No tengo ninguna necesidad de comprobar que el etarra tiene, en lugar de cerebro, un culo pestilente y apestoso.
El caso es que la ministra de Cabra, se ha apropiado de una causa. Podía haber puesto la mirada en la causa de ‘los derechos de los castellanohablantes en Cataluña’, o en la de ‘basta de adoctrinamiento en las escuelas’, pero afortunadamente no ha sido así, no se ha apoderado esas causas, sino de la de las feministas. Es decir, que si alguna levantara la cabeza, iría corriendo a darle una hostia. Esta mujer demuestra una vez sí y otra también que talento no tendrá, pero en lo que se refiere a la cara dura tiene para dar y vender.
Habría que explicarle a esta señora, si eso no fuera perder el tiempo, que el dinero público sí que tiene dueños: Son los españoles que lo han ganado trabajando y que luego el Estado se lo ha arrebatado, supuestamente para causas nobles y productivas, y que el sueldo que percibe de ella no se puede considerar ni una cosa ni otra. Y también que las causas son de quienes las hacen suyas, pero no en el mismo sentido que lo ha hecho ella, sino comprendiéndolas y apoyándolas, lo que a todas luces está fuera de su alcance.

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