jueves, 4 de julio de 2019

Ya está bien de vivir de ETA

La frase ‘Ya está bien de vivir de ETA’ solo puede decirla una persona sin escrúpulos, totalmente desvergonzada y además con muy pocas luces, porque a poco que se piense en ella se ve claramente que no tiene sentido.
De ETA viven los etarras, y seguramente nada mal, a tenor de lo conseguido en los secuestros, del impuesto revolucionario y de los apoyos, unos más discretos que otros, que tienen. También viven de ETA los que recogen las nueces; sin el apoyo del terrorismo les resultaría infinitamente más difícil, imposible cabría decir, imponer sus criterios como lo hacen.
Hay partidos que sufren a la ETA y que, desconcertados y con más apego al poder que amor a la justicia, han cometido errores y los siguen cometiendo. Y algunos de estos partidos, con más gusto por las apariencias que apego a la justicia han traicionado abiertamente a los españoles y sobre todo a sus víctimas directas. Algunas de estas víctimas pueden estar conformes con eso, pero es que, en principio, no se debe considerar a todas las víctimas como buenas personas. Los terroristas eligen a sus víctimas y punto. Su objetivo es el de aterrorizar a la población. Es por eso que la sociedad está en deuda con las víctimas y, en cuanto a tales, ha de apoyarlas en todo. Las víctimas tienen derecho a la justicia y cuando piden que ésta se cumpla hay que atenderlas. Si piden otra cosa, hay que hacerles el mismo caso que a cualquier otro ciudadano.
Queda claro, pues, que de ETA viven los etarras, los amigos de los etarras, los que comprenden a los etarras, los que amplían su poder gracias a los etarras, los que dicen que ya está bien de vivir de ETA.
Los demás tenemos derecho a exigir justicia, a mantener viva la memoria de la barbarie, y a no dejarnos enredar por los sinvergüenzas. 

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