viernes, 5 de julio de 2019

De J.Pujol a G.Rufián

En contra de la opinión de J. Pujol, que la dejó dicha por escrito: «El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (…) es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. E introduciría su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir, su falta de mentalidad», yo creo que los andaluces son sabios. Todo lo bueno es andaluz, el jamón, el aceite, el jerez, las olivas…
Ahora bien, siempre hay excepciones. Verbigracia: Rufián. En alguien como él debió inspirarse Pujol cuando escribió su alegato. Habría conocido alguno así al pasar y pensaría que todos los andaluces son iguales, o eso sería lo que le interesaría pensar. Le salió el tiro por la culata, porque se ha ido a vivir a Cataluña, en donde hace como que trabaja para su proyecto (el de Pujol), y en realidad está juntando cuartos para cuando se jubile no tener que conformarse con la mísera pensión que tendría si se hubiera dedicado a trabajar, pero sobre todo para vivir sin dar golpe.
He aquí que estas ideas tan espurias y malintencionadas del Muy Honorable Ladrón no solo sirven para que el se forre (no tenemos ni sinc, dijo Ferrusola), sino para que otros también hagan lo mismo, y para que los descerebrados se encabriten y las gallinas catalanistas vayan a Waterloo a poner los huevos.

No hay comentarios: