miércoles, 9 de marzo de 2022

Aguirre, Merkel y Ayuso

 

Gracias a la firmeza de Merkel España no está en la ruina, porque los políticos españoles, principalmente los de izquierdas son manirrotos con el dinero público. Con el suyo particular ya llevan más cuidado.

Pero Merkel no es ninguna lumbrera. Cuando la crisis del pepino yo participaba en una tertulia de radio todas las semanas, y el mismo día que saltó la noticia, a las ocho de la tarde, la conductora me preguntó mi opinión. Respondí que en España no se había dado ni un solo contagio, todos habían ocurrido en Alemania. Era una cuestión de lógica y sin embargo ella se apresuró a culpar a España. Al día siguiente compré pepinos. Habían bajado mucho de precio. Y los supermercados alemanes lo habían retirado.

Con las centrales nucleares nos hizo la pascua, porque su decisión sirve de coartada a los bobos políticos españoles. O malvados. Los franceses no se dejan guiar por nadie y han acertado de lleno.

Digo todo esto porque Esperanza Aguirre ha contestado a preguntas de un periodista que no le gusta Merkel, que lo que necesitamos son mujeres como Ayuso. La izquierda ha salido en tromba a criticarla, señal clara que es la que nos conviene como presidenta del gobierno.

A Felipe González le cuesta imaginar a Ayuso en la OTAN. Él, que no ha dado nunca la cara por nadie, se atreve a cuestionar a una señora capaz de coger el toro por los cuernos siempre que haga falta. Es una mujer valiente que en las situaciones complicadas da la talla. No me la imagino el 23-F escondiéndose debajo de una butaca.

¿Es posible imaginarse en similar situación a Sánchez o a Zapatero? Si ahora mismo estuviera Felipe González al frente de la OTAN se podría apostar por una rápida rendición, como la que desea el anterior vicepresidente, al que Ayuso le cortó la coleta.

Ha despertado la ilusión en la mayoría de los españoles e inspira confianza a las personas de bien.

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