viernes, 18 de marzo de 2022

El gobierno y la huelga del transporte

 

Si no fuera porque nos sale tan caro sería motivo de risa. Para este gobierno todo lo que no le conviene es de ultraderecha. Nótese que nunca culpa a la ultraizquierda de nada, aunque lo haría muy gustoso si no la tuviera incrustada en el propio gobierno. El ministro de Defensa de Ucrania se lo ha echado en el Parlamento Europeo. Alguna televisión, cuyo sectarismo es notorio, ha omitido este dato y sólo ha dicho que reñía a Alemania.

El gobierno también está apoyado por la ultraderecha, o sea, los nacionalistas vascos y catalanes, pero le pone la etiqueta a otro partido que no lo es. Esto es jugar sucio. España tiene un gobierno que juega sucio.

Gobierno Frankenstein, le llamó Rubalcaba. Vista la disparidad de fuerzas que lo conforman queda claro que su intención no es gobernar España, lo cual ni siquiera intentan. Lo suyo es, simplemente, el mero disfrute del poder y el saqueo a manos llenas de las arcas públicas. Roban hasta a aquellos que les votan. Claro que tienen mucho voto cautivo y por ese lado consiguen ir trampeando, porque estos estómagos agradecidos son muy activos en las redes, y también están los sectarios que con tal de que no gobierne la derecha son capaces de dejarse sacar un o

España está en la ruina, pero los sindicatos reciben cuantiosas dádivas. Quien paga, manda. Deberían mandar los trabajadores, pero no ocurre así. En el actual diseño, su papel se reduce a ser utilizados por los líderes sindicales en actividades que favorezcan a los gobiernos de izquierdas.

Han sacado a la calle a más de veinte mil policías, cuando en otras huelgas, en otros casos de absoluta necesidad, si se les manda hacer algo es de forma testimonial. No hay ninguna intención por parte del Ejecutivo de resolver este problema, ni cualquier otro, simplemente tener dominado el país en plan dictatorial.

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