miércoles, 18 de octubre de 2023

Belarra sigue en su cargo

 

Albares, esa ridiculez de ministro, ha dado por zanjado el ‘incidente’ con Israel. Pero no ha sido un incidente, ha sido ofensa muy grave la que le ha hecho, por boca suya, el gobierno de España a Israel.

Esto solo se puede zanjar con unas destituciones o dimisiones. En primer lugar la suya, porque es el rostro de España ante las diplomacias del mundo, por la insuperable torpeza y por la brutalidad de sus palabras.

Este periodista argentino de centro izquierda explica el caso de un modo comprensible y ordenado: https://youtu.be/TLP9Kpi1OFk

El gobierno de España, España misma, ha quedado en fuera de juego. El propio presidente del gobierno, el megalómano Sánchez, y a la vista del personaje no se entiende esa megalomanía -él tampoco la entiende y la prueba es que se rodea de ministros incompetentes- , al no haber sido capaz de destituir inmediatamente a los ministros comunistas, también habría presentado la dimisión si tuviera dignidad. Con respecto a este concepto que suelen utilizar mucho los podemitas, cabe decir que ni tienen, ni pueden tener y ni siquiera saben lo que es. Conocen la palabra, porque está en el diccionario, pero no el concepto, que no pueden interiorizar, porque si lo hicieran se morirían de vergüenza al darse cuenta de lo miserables que son.

Lo demuestran al hablar en nombre de los españoles, por ser parte del gobierno, solidarizándose con los terroristas y atacando brutalmente a las víctimas. Dentro de España se muestran más cercanos a ETA que a sus víctimas, por lo cual no sorprende su actitud.

Lo lamentable y deprimente es que los diputados y votantes socialistas no muestren incomodidad con la compañía de los podemitas, cuando si fueran personas cabales ni siquiera aceptarían a Sánchez como Secretario General del partido, mucho menos como presidente del gobierno.

El desprestigio de España en el orden internacional está servido y la vergüenza de los españoles que conservan la capacidad de tenerla, irremediable.

Esos libros míos

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