jueves, 19 de diciembre de 2019

El recuerdo de Peces-Barba

El último cometido que yo recuerde de Gregorio Peces-Barba le fue encomendado por Zapatero y consistió, mediante un cargo inventado para el caso, en desactivar o dividir a las víctimas de terrorismo.
Recuérdese que Zapatero dijo que Otegui es un hombre de paz. Pues si llega a ser de guerra, a saber lo que habría sido capaz de hacer… De guerra sucia se entiende. Ser terrorista es lo más bajo en lo que se puede caer. Claro que a Zapatero ahora le llaman ‘el mayordomo de Maduro’.
Es decir, Peces-Barba aceptó y llevó a cabo, o al menos lo intentó, una tarea que antes no existía y que, evidentemente, fue ideada por Zapatero porque tenía un plan con respecto a ETA, como lo prueba el hecho de que llamara hombre de paz a ese etarra citado anteriormente.
Pues este Peces-Barba fue el sujeto que más influyó en la Constitución, como lo prueba el hecho de que en los tiempos previos a su muerta la defendiera vivamente en las páginas de El País.
Y esta Constitución en la que tuvo tanto peso, y también, por supuesto, Felipe González y Alfonso Guerra, es la que ha dado lugar al esperpento que vivimos ahora. También tuvieron voz en su redacción, aunque algo menor, personajes como Herrero de Miñón, que por cierto, según Luis Herrero, fue el único que cobró por su trabajo en este asunto.
En ese documento se sentaron las bases para que los nacionalistas hicieran todo el mal que han venido haciendo desde el primer día y el que seguirán haciendo. También da pie a que otros grupos políticos nacidos para el mal tengan la posibilidad de participar en la política de España.
Y en esas estamos ahora y sin que a corto plazo, al menos, se vislumbre alguna posibilidad de arreglar es desaguisado. Lo mejor que nos puede pasar en estos momentos es que nos quedemos como estamos.

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