domingo, 12 de diciembre de 2021

Bendito Rajoy

 

La confusión entre prudencia y cobardía es frecuente entre los cobardes, como la de docilidad y sumisión lo es entre los adictos a la adulación. Aquí se trata de Rajoy, que teniendo medios suficientes para informarse bien y actuar en consecuencia, se dejó llevar por la presión social generada por la izquierda y la extrema izquierda en el caso Juana Rivas.

Los equidistantes aducen que el caso de los abusos sexuales al niño no ha sido juzgado y, por tanto, hay que preservar la presunción de inocencia. Bien, pero lo que importa es que el gobierno ha actuado de mala fe al conceder el indulto a Juana Rivas, por muchos motivos. El principal es que el Estado tiene la obligación de proteger a los niños, también de sus padres, y en este caso hay motivos fundados para pensar que dejarlos en manos de su madre es ponerlos en peligro. Físico y mental. El caso no fue juzgado, pero se sabe que fue violado cuando estaba bajo custodia de la madre, que no fue ella quien lo denunció, y que el juicio no se llevó a cabo porque ella se fugó con sus hijos.

De modo que se trata de una señora que ha intentado perjudicar al padre de sus hijos utilizando torticeramente las ventajas que le ofrece la ley, ha perjudicado grandemente a sus hijos al secuestrarlos, desobedeciendo a la ley, y no los ha cuidado de forma eficiente, como debería haber hecho. Del grado de culpa suya en este hecho no hablo, porque eso lo tiene que resolver un juez. Pero el hecho de que fueran las maestras quienes llevaran al niño al médico y que éste al ver lo que había actuara según el protocolo es más que suficiente para comprender que la protección del pequeño pasa por tenerlo lejos de la madre.

Todo eso lo podía haber sabido Rajoy antes de meter la pata.


No hay comentarios: