lunes, 14 de abril de 2025

Ábalos se ha cabreado

Aunque no creo que eso sea noticia. Creo que Ábalos siempre está enfadado. O sea, siempre que se muestra al público. Supongo que cuando está con amigas no ocurre lo mismo. Pero podríamos decir de él: son sus costumbres.

Ahora amenaza con emprender acciones legales. Pues que las emprenda. Quizá los jueces o magistrados que tengan que ver el caso se distraigan mucho. No sé. Ábalos es un caso. De lo que podemos estar seguros es que con Sánchez no se va a atrever, porque si fuera el caso lo habría hecho ya. La cuestión es que lo quitó de ministro, pero lo hizo diputado, para protegerlo de la justicia. Se va viendo que era un secreto a voces que tenía que pasar. Lo quitó de ministro, pero lo sustituyó por un semejante, un homínido prepotente y faltón. Este sustituto, un energúmeno sin miramientos, tiene bloqueada a media España en X. Cobra de los españoles, pero los bloquea. Y cuenta las neuronas que tienen los demás, como si él tuviera.

Ábalos está fuera del gobierno y abandonado a su suerte, aunque confía en que será indultado y amnistiado, todo a la vez, en el caso de que el juez le casque una condena, que a saber de cuánto será, si llega a suceder. También puede ocurrir que sea más de una, porque es polifacético, es decir que parece ser que no le gusta solo una mujer, sino muchas, y además que la fiesta no corra de su cuenta, sino de otros.

Ábalos siempre lo niega todo. No se vio Delcy, en cualquier caso Delcy no pisó suelo español, apenas habló con ella unos segundos, tampoco llevaba maletas, etcétera. Según su versión, todo son inventos de la gente que lo odia y ya vendrá luego Sánchez a salvarlo. Pero esto último tiene un problema no previsto en su día: tiene tantos líos en torno a él que ya ni recuerda quién es Ábalos.

Esos libros míos

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