He puesto primero a la hija porque la a va antes que la eme. La hija puede ser un hallazgo que nos ha regalado la madre y viene muy bien en estos tiempos en que lo cutre parecía imponerse sobre la elegancia a lo largo y lo ancho del mundo.
Hay unas cuantas figuras, cuyos nombres tengo archivados en mi memoria, y que son Navalny, del que hablé ayer. Se le da por muerto, y enterrado está, pero su memoria vive, y lo hace de forma rotunda. A María Corina la cito mucho, y siempre con razón y motivo. Últimamente, la buena mujer nos ha regalado a su hija, Ana Corina, que nos ha inundado de alegría el corazón. Hay que tener en cuenta que en Venezuela todavía gobierna un elemento nocivo, llamado Maduro; justo al lado está Colombia, en donde manda un pájaro de cuenta, que también está muy asustado por lo que pueda salir en Venezuela; también está muy cerca Nicaragua, gobernada por otro tirano con mano de hierro, que al igual que todos los demás citados, ha de estar con el alma en vilo. Parece claro que Trump, o gente de su equipo va a entrar en Caracas y ahí puede encontrar un montón de material con el que encarcelar a unos cuantos. Sheinbaum no debería estar muy tranquila, pero ella es de las que no saben lo que le viene encima. El fenómeno María Corina va a resonar muy fuerte en toda América y paulatinamente en todo el mundo, porque esta mujer tiene una calculadora en el cerebro y lo que nos parece muy complicado lo va a resolver en menos que canta un gallo. Pero es que además tendrá cerca a Ana Corina, que la va a ayudar en todo, al principio porque hará mucha falta, y también tendrá a Edmundo González, todo calma y sensatez.
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