Habría que explicarle a Rufián que está en el Parlamento en representación de los españoles de cuyos impuestos sale su sueldo. Él no lo va a entender, como muchos otros que están en la Cámara, como muchos otros que están en los medios o en la carrera judicial o en el Tribunal Constitucional. Que no lo entienda no significa que no convenga explicárselo, con testigos y mediante grabación.
Hecho todo lo anterior, el sujeto debería saber que cuando interroga a alguien tiene la obligación de hacerlo guardando las formas- Puede ser todo lo incisivo que quiera, pero sabiendo que la última palabra la tiene siempre un tribunal de justicia, no él, ni nadie del Parlamento. Esto dijo Rufián: me pidieron que se la diera al miserable, psicópata e inútil de Mazón. Ignoro si el interesado le puede poner una querella o no. Lo que me importa es que Rufián, en representación mía, no tiene derecho a insultar a nadie. Mazón lo pudo y debió hacerlo mejor, pero es dudoso que con ello hubiera conseguido salvar alguna vida.
La juez, Nuria Ruiz Tobarra, parece empeñada en que la culpa de todo la tiene el PP y consecuentemente ignora todos los datos que no contribuyen a confirmar esta apreciación suya. Pero según la ley el máximo responsable era Marlasca, y con él Robles y Ribera. Los tres obedecen a Sánchez. En la Comunidad Valenciana hay otros responsables, como Pilar Bernabé o Chimo Puig. Aviso todo esto porque cuando la señora juez acabe la instrucción y la pase a un juez puede darse el caso de que este sea independiente y decida llenar los vacíos de la instrucción. Si esto ocurre, el papel de Mazón y de Pradas quedará en segundo plano y hasta es posible que el juez le pregunte a Sánchez ¿por qué le llaman el galgo de Paiporta?
Rufián hará como que se le ha olvidado todo.
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