domingo, 8 de septiembre de 2019

Butanito y Blanca Fernández Ochoa

Ha dicho José María García, popularmente conocido como Butanito, que la esquiadora pidió ayuda a la federación y se le negó.
Pero que lo diga ahora ya no beneficia a nadie y en todo caso perjudica a otras personas. Debería haberlo dicho cuando estaba viva, que es cuando habría sido útil. También se refiere el citado cronista deportivo a otras personas cuyos cargos les venían grandes, pero eso viene ocurriendo en todas partes y en todos los tiempos.
Se maneja todavía la hipótesis del suicidio, y en estos casos, como afirma Albert Camus siempre hay una gota que colma el vaso, y eso es lo que hay que tener en cuenta, que el vaso ya estaba lleno antes de esa gota. Por eso mismo es inmoral, y hasta criminal, la costumbre de despreciar o menospreciar a otros, teniendo en cuenta además que la situación anímica del prójimo siempre nos resulta desconocida. Los suicidas, por ejemplo, saben disimular muy bien su situación, precisamente para que nadie los pueda disuadir.
Yo he visto quedarse totalmente blanco y sin sangre a quien acababa de recibir un desprecio, y jamás se le había conocido depresión alguna. Hay quien soporta mejor estas cosas y hay quien las lleva muy mal.
Lo que ocurre es que más vale ser despreciado que despreciable y esto es lo que hay que tener en cuenta.
Es muy difícil prever el suicidio de alguien, pero en ‘A pesar de los pesares’ de Aurelio Arteta hay algo que puede servir de pauta. Afirma que cuando alguien, en razón su edad, ve cerca la muerte se desentiende paulatinamente de todo lo que le ata a este mundo, del que ya se ve fuera. Eso también podría servir para los suicidas y de hecho, los bomberos, que son los que más intentos de suicidio suelen frenar, se dirigen a los suicidas llamándoles por su nombre. Con ello consiguen anclarlos otra vez en la vida.

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