jueves, 26 de septiembre de 2019

Marlasca se cabrea con la GC

Parece ser que en la Cumbre el Clima, a la que se desplazó en un avión de esos que no contaminan nada -porque cualquier cosa en la que él se suba no contamina-, a disputarle el estrellato a Greta Thunberg, y allí se enteró Sánchez de que la GC había detenido a unos cuantos CDR y le molestó no haberlo sabido antes.
¿Qué necesidad tenía él de saberlo? Es curioso que alguien que le tiene declarada la guerra a la verdad, que desprecia y menosprecia a la verdad y se ríe de ella, quiera saber la verdad. La gente es de una inconsecuencia que al final resulta jocosa. Al enterarse del asunto, allí, entre los líderes del mundo, los que fueron, y la niña emergente, como nuevo icono al que hay que rendirse para no ser considerado facha, podría haber dicho cualquier cosa que se le ocurriera, cuanto más gorda mejor. Que es lo que suele hacer, por otra parte, y ahí lo tenemos con su coletilla recurrente: yo soy el presidente, yo soy el presidente, yo soy el presidente. Por cierto, al que le suceda en el cargo también le cambiarán el colchón, pero no lo va a ir contando por las esquinas.
A Marlasca saber que el jefe estaba cabreado lo puso de los nervios y se apresuró a echarles la bronca a sus subordinados. A Marlasca hay unas cosas que lo ponen de los nervios y otras que no. Por ejemplo, los de Ciudadanos ya le han visto el plumero, o sea, que saben de que pie cojea. Y mucho.
Sin embargo, si una ministra dice de él que es maricón, lo tolera tranquilamente. Pelillos a la mar, no nos vamos a pelear por eso. Si su jefe pacta con Otegui para ser presidente, pues miel sobre hojuelas, porque de ahí sale él ministro. Que si Chivite en Navarra...


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