Para los historiadores no hay duda que la verdad existe. Es lo que ocurrió y que ellos tratan de averiguar. Escudriñando el alma humana también se vislumbran horizontes grandiosos y realidades descorazonadoras, pero esto es otra cuestión. Los historiadores investigan en los lugares apropiados, siguiendo la metodología adecuada y luego nos dan su interpretación de los hechos y entre todos acaban por lograr una aproximación bastante razonable de la realidad de las cosas. Averiguar con la mayor exactitud posible el pasado es beneficioso para la humanidad, puesto que el intento denota un afán de justicia que ennoblece al género humano. Pero una cosa es la verdad, que todos debemos buscar y otra cosa muy diferente es tener certezas. El ser humano puesto ante la inmensidad universal, se siente perdido e indefenso y eso le lleva a buscar certezas a las que aferrarse. Los líderes de masas se las dan. Los líderes saben que proporcionar certezas a sus seguidores les sirve a ellos para vivr una vida de lujo. Esos líderes suelen acabar por creerse sus propios discursos. Una persona con certezas es muy peligrosa. Quien cree ciegamente en algo puede llegar a matar por esa idea. Los creadores de certezas también son responsables de las guerras. La duda concuerda más con la fragilidad humana. La duda es incorformista y por tanto busca la perfección.
Miquel Navarro
Teatro Romano de Sagunto
Doña Jimena. La gran desconocida en la historia del Cid
Miquel Navarro
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