jueves, 23 de noviembre de 2006

La expulsión de un diputado

Payaso
Eres más peligroso que un nazi a la puerta de una sinagoga
Muñeco diabólico



Estas que anteceden son las frases que el periódico Las Provincias, en su edición de papel, pone en boca del diputado socialista Eduardo Vicente en anteriores ocasiones. Las sesiones deben de ser la mar de aburridas. Si la capacidad oratoria de sus señorías es esta, vale la pena no ir a presenciarlas. Otras veces han traslucido otras intevenciones, por parlamentarios de ambos bandos, que ponen de manifiesto que no nos perdemos nada quienes no somos políticos. Por lo visto, algunos políticos, pocos o muchos, creen que hacer política consiste en desgastar al rival, no vigilando sus actuaciones, para garantizar que se hacen pensando en el bien común y que se ajustan a la legalidad, sino simplemente atacándole y buscando frases supuestamente ingeniosas. La política así da asco. Según cuenta el citado periódico, el diputado socialista estuvo más suave ayer que otras veces, no obstante se ganó las tres amonestaciones. El presidente, Julio de España, reconsideró su postura por un defecto de forma, según dijo. Luego dio a entender que lo hizo para no verse obligado a suspenderlo de empleo y sueldo. Pero no se lo paga él, sino todos nosotros. Lo que dio lugar a la tercera amonestación fue un gesto despectivo del diputado hacia el presidente las cortes. Me permito sugerirle que el momento adecuado para hacer ese gesto será cuando reciba el ya tradicional regalo de navidad. Puede rechazarlo o regalarlo inmediatamente para una buena obra.

Sinarcas, sin misa

Parcent y la familia Guardiola

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