Pretende Monseñor Cañizares que la unidad de España es un bien moral. Pues vaya tontería. España se formó a través de un proceso histórico, que pudo ser diferente y entonces España hubiera sido otra cosa. No aceptan ese punto los obispos cuyas sedes están en Comunidades Autónomas gobernadas por partidos nacionalistas. No se oponen, pues, por motivos teóricos o ideológicos, sino por cuestiones prácticas. Gozan de una consideración y de un prestigio social que en modo alguno están dispuestos a sacrificar.
En lugar de referirse a la unidad de España, podrían haber pasado a debatir que aportan hoy en día los nacionalismos al género humano. Podrían criticar abiertamiente el egoísmo manifiesto que traslucen todos ellos, el español, el catalán, el vasco, el francés, el alemán, etc. También podrían debatir si realmente han hecho todo lo que han podido para evitar que ETA tuviera tanto apoyo social. Y podrían continuar sobre la licitud moral de las negociaciones con la banda terrorista y si es justo llamar a este hecho proceso de paz.
También podrían debatir los motivos por los que a alguno de ellos le preocupa tanto que un etarra muera a causa de la huelga de hambre que dice llevar a cabo. Y si realmente cree que esto puede suceder.
No es probable que los obispos entren a discutir estas cuestiones, después de no haberlo hecho hasta ahora.
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