sábado, 12 de octubre de 2019

Con el general Garrido

Hoy, especialmente hoy, día de la Virgen del Pilar, hay que estar con la Guardia Civil, cuyos miembros, por un salario escaso, arriesgan sus vidas y soportan a indeseables, especialmente en Cataluña y el País Vasco, para proteger las vidas y las haciendas de los ciudadanos.
Y sobre todo hay que estar con el admirable general Pedro Garrido, al que, por hacer su trabajo de forma impecable, han tratado de humillar y desautorizar unos impresentables llamados Cunillera y Marlasca, cuya cara dura solo es equiparable a la de quien les ha dado el cargo, que no es otro que Sánchez, también conocido como ‘el Doctor’. Estos indigentes morales se han dado prisa en apaciguar a Torra y secuaces, esos que se pasan la vida insultando y ofendiendo a los demócratas con total impunidad.
Tanto Sánchez, como Marlasca y Cunillera, en los actos oficiales representan a todos los españoles. Por tanto, al tratar de agraviar al general Garrido, han traicionado a los ciudadanos que les pagan sus sueldos, porque lo que hizo el general es cumplir con su deber. Marlasca y Cunillera ponen más empeño en defender los intereses de Sánchez que los de los españoles.
Anteriormente, Marlasca nos hizo creer que era grande, puesto que combatía a ETA con mucha eficacia. En la actualidad nos ha hecho ver que aquello no fue más que una estrategia para trepar y que, realmente, es pequeño. Moralmente pequeño. Lo de Cunillera se veía venir. Un gobierno apoyado por indeseables solo puede estar compuesto por gente sin principios.
Que estos tipos ahora quieran agradar a Torra, otro representante del Estado desleal desleal desde el primer día, entra dentro de lo previsible.
Y entre tanta pequeñez humana, tanta miseria moral, destaca la grandiosidad de la Guardia Civil, esa inagotable capacidad de servicio, demostrada en territorios tan salvajes y carentes de valores democráticos, como son Cataluña y el País Vasco. Y dentro de la Guardia Civil, actualmente, el general Garrido.


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