lunes, 21 de octubre de 2019

Un policía en la UCI

Uno de los policías nacionales desplazados a Cataluña está grave y podría perder la vida o quedar con secuelas para siempre.
Mientras tanto, los responsables, Sánchez y Torra, cada uno por su lado, juegan a rentabilizar electoralmente la situación. Juegan con vidas humanas.
Sánchez, el presidente en funciones, debería haber tomado el control de la situación. No debería haberse limitado a encargar a un reducido grupo de policías que contenga a unos gamberros, muchos de ellos con intenciones homicidas, que los superan ampliamente en número y no tienen escrúpulos, freno, ni vergüenza. Torra, el representante del Estado en Cataluña los impulsa a actuar así. Me sorprende y me asusta que este tipo no esté todavía en la cárcel. ¿Cómo es posible que en el Código Penal no haya algún artículo que castigue esta conducta? Porque supongo que si lo hubiera algún juez, por sí mismo o a instancia de un fiscal, lo habría encerrado. Me asusta que un tarado como ese pueda hacer todo el daño que está haciendo sin que nadie pueda pararle los pies.
Sánchez debería haber dimitido ya, porque no se debe mandar al matadero, como ha hecho este pollo, a un reducido grupo de policías, que además están obligados a actuar con ‘proporcionalidad’. Marlasca, que es más listo, lo sabe. Pero tampoco tiene vergüenza, porque se va de copas o de cenas mientras sus subordinados se juegan la vida.
Sánchez, con su desparpajo habitual, le pide a Torra, por carta, que represente con dignidad su cargo. Hay un policía muriéndose, por su culpa, y esos dos hablando de algo que no conocen ni de lejos. Vamos, si esos dos ven a alguien digno se parten de risa. Seguro que Otegui, tan amigo suyo, de los dos, también se lo está pasando muy bien. Quizá, incluso alabe la ‘dignidad’ de los gamberros que tiran pedruscos a los policías. 

No hay comentarios: