jueves, 4 de junio de 2020

Batet, desbordada


Como consecuencia de la actual aritmética parlamentaria y de su absoluta falta de escrúpulos y vergüenza, los gobernantes que padecemos piensan que pueden hacer lo que se les ocurra. Por ejemplo, Sánchez se reía abiertamente cuando Abascal le afeó su costumbre de citarlo junto con Casado. Pensaría que se estaba quejando, algo imposible, puesto que cada vez son más los que piensan que Sánchez es psicópata, y ante éstos las quejas son contraproducentes. Abascal se lo repitió, para remarcar esa risa, y sin que Sánchez se diera cuenta de que lo estaba llamando torpe, porque le dejó caer que lo hacía siguiendo el guion de Redondo, ni tampoco supo prever las intenciones del orador, que no eran otras que, siguiendo la misma técnica, unir su nombre a los de Otegui y Aizpurúa.
El mismo pensamiento totalitario llevó a Batet a pensar que puede manipular los diarios de las Cortes borrando lo que quiera. Lo que hizo Abascal fue ampliar la información que había dado Álvarez de Toledo, añadiendo otro elemento a esa saga familiar tan mal intencionada. Pero es que esa mismas reacciones de Batet e Iglesias han propiciado que vuelva al primer plano de la actualidad un episodio de Cake Minuesa con el ‘señor’ padre del vicepresidente.
Iglesias, Marlasca y Sánchez, con el trato que le dispensan a Pérez de los Cobos, han demostrado que desconocen por completo los conceptos del honor, la lealtad y la justicia. Sánchez ha puesto a su nivel a los votantes socialistas, envileciéndolos, transformándolos de demócratas en sectarios. Y piensa que eso va a ser así toda la vida y en todos los casos, lo cual no está nada claro. Seguramente, muchos se han convertido en viles sin ser conscientes de ello, pero en cuanto se enteren, principalmente al quedarse sin trabajo, pero con promesas bobas, se van a enfadar.
En su torpeza, el presidente ha lanzado al estrellato a un tal Iñaqui y cree que le ha hecho un favor.

No hay comentarios: