Es curioso que quienes organizaron el PSOE del modo que les convenía, y pensaron que igual les convendría a todos sus sucesores se hayan encontrado con que ahora se les tiene por traidores en el partido. Y es que el mal nunca trae cosas buenas. Era de cajón que si enseñan a obedecer ciegamente vendrá quien utilizará esa disciplina en beneficio propio.
Todo el mundo habrá adivinado ya que me refiero a Felipe González y Alfonso Guerra, los antaño príncipes de nosequé y hogaño holgazanes forrados, pero sin prestigio. El que les regalan algunos por el mundo no se lo merecen, Donde mejor los conocen y los tratan es en el PSOE, en donde fueron los reyes, hicieron y deshicieron, y en ese partido es donde los consideran como he dicho. Han levantado la voz porque ven que el partido se hunde, y quizá para siempre y hacen lo posible por impedirlo, pero los socialistas con carnet no renuncian a las prebendas y ventajas que les proporciona el partido y no creen que el Felón pueda perder, porque tampoco tienen la capacidad de ver las cosas sin filtros ni impedimentos.
Es el Partido Socialista Obreero Español, dijeron; el partido que más se parece a España. Y era mentira, como casi todo lo que dijeron. Lo que ocurre es que sabían disimular más que el Felón y no se les notaba la ambición de querer tenerlo todo controlado. Lo tenían casi todo, pero lo disimulaban bastante bien y supieron irse, porque tenían el futuro bajo control. Zapatero también supo irse, traicionando, que es lo suyo, pero sin mayores contratiempos. El problema se ha dado con el Felón, narcisista perdido, que no sabría que hacer, sin el cargo. En realidad, no sabrá qué hacer, y eso lo tendremos que ver obligatoriamente todos, porque más pronto que tarde se va a dar el gran golpetazo.
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