martes, 9 de enero de 2024

De Delibes a Gimbernat

 

Si se tiene en cuenta este pensamiento de Miguel Delibes: ‘Antaño, el progresismo respondía a un esquema muy simple: apoyar al débil, pacifismo y no violencia. Años después, el progresista añadió a este credo la defensa de la Naturaleza. Para el progresista, el débil era el obrero frente al patrono, el niño frente al adulto, el negro frente al blanco. Había que tomar partido por ellos. Para el progresista eran recusables la guerra, la energía nuclear, la pena de muerte, cualquier forma de violencia.’ y se coteja con lo hecho por el gobierno de Felipe González no cabe más conclusión que la de que el PSOE es una estafa edificada sobre un sueño bonito.

Hay que recordar que FG dijo: ‘quien me echa un pulso, lo pierde’. Es decir, no se trataba de tener o no razón, sino de tener más poder. De hecho, arrebató la independencia a los jueces con el innegable fin de poder hacer y deshacer a su antojo. Lo intentó disimular con trampantojos, pero con Zapatero ya fue palpable.

Ni Aznar ni Rajoy se dieron cuenta del detalle. El PP, en general, se dejó contagiar y acomplejar. No intentó reconducir la situación, con lo cual todo se ha ido pudriendo.

Muchos socialistas se dieron cuenta del timo y se abrazaron a Iglesias, pensando que traía propósitos puros. Angelicos. El propio podemita los sacó enseguida de su error, con lo cual los espantó.

Y de la lectura del artículo de Enrique Gimbernat titulado ‘Una crítica a la Proposición de Ley Orgánica de Amnistía’, queda claro que los socialistas que no se sonrojan por las actividades de este gobierno es que evidentemente no tienen vergüenza, ni la conocen. Se trata de una proposición tan cutre y estúpida que deja en evidencia a toda la historia del partido.

Los socialistas cuyos propósitos son limpios no tienen más opción que saltar enojados y romper el carnet.

Esos libros míos

No hay comentarios: