lunes, 4 de marzo de 2024

Han pillado a Begoña, ¡ay!

 

Tendrá que comparecer ante un juez, El País le dedicará 167 portadas, Pedro J. tres cartas dominicales seguidas…

Ah, no. Ni El País, ni Pedro J. van a hacer eso. Pues deberían, porque en un caso de menor importancia sí que lo hicieron. ¿Cómo se mide la importancia? Pues Begoña es la esposa de Pedro, el presidente más guapo de Europa. El más guapo, más inepto, más maleducado, más embustero, más narcisista, más sinvergüenza…

Menuda sarta de epítetos. Pues son pocos para el daño que está haciendo a los españoles. Quien le suceda en la tarea del gobierno ya tiene para años, y muy ingrata, porque reducir la deuda y soportar la frustración de los catalanistas no va a ser nada fácil. Recomponer el tejido social derribando los muros que ha instalado Sánchez para separar izquierdas de derechas, etcétera, tampoco se podrá hacer en un solo día.

Va a ser una tarea muy grande y requerirá un equipo de gente solvente y decidida para poder hacerlo todo bien.

Pero, mientras tanto, todavía está el oso por cazar, de modo que todavía no se puede vender la piel. Puede seguir haciendo de las suyas durante un tiempo más. Desvergüenza no le falta.

Seguramente, estará buscando el modo culpar a Ayuso, pero tampoco se esforzará mucho en buscar. Dirá lo primero que se le ocurre. La cuestión es entretener al personal mientras gana tiempo. En lo último que piensa es en despegar el culo del sillón, mientras idea una nueva treta para perjudicar a Ayuso.

No se da cuenta el Doctor en Economía (Cum Fraude) que si no fuera por el buen hacer de Ayuso, que hace que la Comunidad de Madrid sea el motor y alimento de España, él ya no sería el presidente, porque habríamos entrado en quiebra y le habrían enseñado la puerta de salida.

Esos libros míos

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