A estas alturas no se le puede escapar a nadie, ni siquiera al Astronauta, que Sánchez es capaz de perjudicar a la humanidad entera con tal de beneficiarse él.
Tampoco a Mazón le importa perjudicar a todos los valencianos si piensa que le conviene hacerlo. La deuda de la Comunidad Valenciana es enorme, principalmente a causa del dinero gastado en fomentar el catalanismo.
Hay que tener en cuenta no solo la obligación moral de reducir la deuda para aliviar a los contribuyentes, sino también la índole destructiva del catalanismo, que se manifiesta en todas partes en las que consigue medrar.
Es urgente cerrar la televisión valenciana, reabierta precisamente para fomentar el uso del catalán en la Comunidad Valenciana, lo cual es una traición a los valencianos, puesto que el dinero que cuesta es necesario en la Sanidad y la Educación. Y del mismo modo es urgente ir desactivando la nefasta Academia Valenciana de la Lengua, otra traición a los valencianos, perpetrada en este caso por Zaplana e incrustada luego, estúpidamente, por Camps, en un nuevo Estatuto que nadie pedía, y que no es otra cosa que el Caballo de Troya del catalanismo que el ‘Muy Honorable’ Pujol le exigió a Aznar a cambio de sus votos. Esa maldita academia nos cuesta muy cara y resulta muy perjudicial.
Pero ocurre que Mazón le tiene mucho miedo a la maquinaria catalanista que desde los primeros tiempos de la democracia ha venido colonizando las instituciones y los medios. Esa maquinaria es un cáncer que hace metástasis hacia todas partes.
Aparte de que sale muy cara en términos económicos, comete el pecado más grave de todos, que es el de adoctrinar a los niños. Esta es una actividad criminal que debería estar castigada con pena de cárcel.
Si Mazón no se ve con fuerzas para luchar contra esto debería abandonar la política y dar paso a otros más valerosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario