En realidad, Marlasca hace años que está en la cuerda floja, pero nunca cae. Él sabrá por qué, aunque lo cierto es que lo sabemos todos. Este hombre es una incógnita puesto que era uno de los jueces más queridos de España y lo echó todo a rodar con tal de ser ministro. Creo que la diferencia de ser querido a ser odiado es grande. Y si ha robado lo pillarán. Quedará como ladrón para los restos.
Eran distraídas aquellas sesiones parlamentarias en las que Macarena Olona lo machacaba y creo que le llegó a vaticinar una estancia dura en la cárcel y no me sorprendería que se diera el caso, porque este gobierno no sabe hacer más que trampas. Para decir verdad, hay dos o tres ministros, no nos vengamos muy arriba, porque no son muchos, los que han demostrado antes de formar parte del gobierno, que saben hacer cosas. Uno de ellos es Marlasca. Vestido ya de gubernamental su mayor ilusión es hacerle la pelota al jefe, aunque el cociente de inteligencia de este sea mucho menor y si hablamos de educación ya hace aguas por todas partes, pero a Marlasca le gusta tenerlo contento. Le despeja las calles, para que no acuda el personal con frutas, verduras y huevos, le soporta sus desprecios, intenta tenerlo contento… ¿No se da cuenta ninguno de estos ministros que el gobierno no se sostiene?
Era curioso que Marlasca, que tiene conocimientos y buen pico, no se defendiera de las acusaciones que le hacía Macarena Olona, con lo que daba a entender que sabía que ella tenía razón, pero al mismo tiempo era conocedor de que las cosas que se dicen en el Parlamento no van a ninguna parte porque el bloque gubernamental no tiene fisuras. Ahora que algunos intentan salvar la cara deberían recordar la de veces que la han escondido.
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