domingo, 28 de enero de 2018

Jaque mate a Puigdemont

El Tribunal Constitucional ha reconocido a Puigdemont el derecho a ser investido como presidente, puesto que, al menos de momento, no pesa ninguna condena sobre él. Ahora bien, para ser investido ha de acudir al Parlamento y para poder hacer esto le ha de pedir permiso al juez. Dice Rull, que está en libertad provisional, que la va a pedir. Hasta que no hundan para siempre el prestigio de Cataluña no van a parar.
Las verduleras del catalanismo ya se han puesto histéricas, porque presienten que una parte importante de sus ingresos se va a difuminar y los rufianes que nos llaman lacayos de la caverna, sin darse cuenta de que ellos hacen el ridículo una y otra vez por dinero, también vislumbran que la gallina de los huevos de oro agoniza y seguramente les tocará trabajar.
Puigdemont pronto pasará al olvido y una vez que no sea útil tendrá que ir pensando en mantenerse con el sudor de su frente y eso seguramente no le gustará mucho. A partir del momento en que haya un nuevo gobierno en Cataluña sus numeritos dejarán de interesar.
Será de ver el juicio. Presumiblemente, los acusados van a pasar mucha vergüenza cuando escuchen al fiscal, a pesar de que hasta el momento no han demostrado tener mucha. Pero ellos insisten en las manifestaciones de los separatistas fueron pacíficas y habrá que ver la cara que ponen cuando se les muestren las imágenes, entre las que estarán las de los gamberros encima del destrozado coche de la policía, y los partes reales de lesiones, en los que consta que hubo muchos más heridos entre los policías que entre los manifestantes.
Paralelamente a esto, Cataluña se empobreciendo a marchas forzadas y para frenar este deterioro sería indispensable que todos los catalanes fueran a una, pero eso no es posible porque la locura se instalado de forma permanente en muchos de los habitantes de esa región.

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