viernes, 5 de enero de 2018

Junqueras seguirá en la cárcel

Después de haberle hecho un daño considerable a Cataluña y, como consecuencia, a España, este político preso se presentó ante el Tribunal Supremo disfrazado de cordero, pero los jueces no se dejaron engañar, lo que supone un alivio para las personas honradas y trabajadoras, que han tenido que ver que los frutos de sus años de trabajo se han devaluado por su culpa.
Junqueras ahora se las da de muy devoto e incluso de poeta, pero si fuera tan devoto como dice comenzaría por hacer examen de conciencia y pedir perdón por sus culpas, bien entendido que eso no significa que tenga que salir de la cárcel, porque si reconoce sus culpar tendrá que admitir al mismo tiempo que merece un castigo, que es lo que tendrán que determinar los jueces cuando se celebre el juicio.
Lógicamente, todos los impresentables rufianes del mundo malinterpretarán el auto del Tribunal Supremo, pese a que es de una claridad diáfana. Lo propio de las malas personas es hacer el mal y a eso están dispuestos siempre.
Los cómplices de Junqueras y del fugado Puigdemont ya saben que la impunidad, en la que tanto han confiado, no existe, así que van a tener mucho cuidado en adelante. Forcadell ha comprendido que cualquier ilegalidad que cometa será considerada agravante cuando la juzguen y los que están fugados en Bruselas ya piensan en su manutención, porque no tienen ninguna intención de volver, pero necesitan alimentarse y tener un lugar en el que pernoctar y de momento parece ser que tienen esa cuestión resuelta, pero no saben hasta cuando.
Mientras tanto, el deterioro de Cataluña prosigue, porque el nacionalismo es una enfermedad incurable y como medida desesperada para salvar lo que se pueda de la quema ha surgido Tabarnia, pero esta idea no servirá para que los nacionalistas se curen, así que no habrá más remedio que ponerla en práctica cuanto antes.

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