martes, 30 de enero de 2018

Piqué es tonto

Sé que este chico es futbolista, porque es imposible no saberlo, pero jamás lo he visto jugar. Tampoco a ningún otro de los de hoy, puesto que hace mucho que dejé de ver el fútbol, porque ya no se puede considerar deporte.
De modo que sé por deducción que Piqué le ha de saber dar patadas al balón y espero que no se las dé a los contrarios, moda esta, la de patear a los rivales, que iba creciendo cuando decidí olvidarme del fútbol.
Pero este futbolista está siempre en los medios, por una cosa o por otra, y no entiendo que se le haga más caso que otros que sí que son diestros en el arte de pensar.
Este elemento catalanista, digámoslo ya, tiene derecho a profesar las creencias que quiera, a ser separatista, por ejemplo, pero no a tergiversar las cosas, afición esta que lleva tiempo calando hondo en esa región del nordeste de España, que tanto tiene que agradecer al resto y que, no obstante, lo desprecia.
Últimamente ha dicho, y no he pasado del titular, porque para qué viendo lo que hay, que «no se está respetando el resultado de las elecciones en Cataluña», y hay que ser lerdo para afirmar eso. Claro que se respeta el resultado de las elecciones. Cuestión distinta es que algunos de los que han salido elegidos diputados tengan problemas con la justicia, porque están acusados de haber cometido delitos muy graves y esos problemas van a subsistir hasta que se celebre el juicio, en el cual pueden ser absueltos o condenados. Si ocurre lo primero, podrán dedicarse plenamente a la política y si se da el segundo caso tendrán que ingresar en la cárcel.
La impunidad puede existir en las dictaduras, pero no en una democracia. La imprudencia consistió en que esas personas que tienen problemas con la justicia figuraran en las listas, pero no parece que esté Piqué esté capacitado para entender esto.

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