sábado, 12 de mayo de 2018

El rufianesco tuit a la Guardia Civil

Cierto sujeto que se embolsa cada mes una cantidad mucho mayor que la que se paga a los guardias por una actividad cuyos beneficios para la sociedad son infinitamente menores que los proporcionados por los miembros de la benemérita disfruta escarneciéndolos en donde puede.
Este sujeto, cuya depravación es pública y notoria, puesto que se dedica a tratar de agradar a los catalufos, con el fin de seguir contando con su favor, sabe que cuando necesite la ayuda de la Guardia Civil, si se da el caso, la tendrá, porque es muy consciente de que todos no son cómo él, sino que buena parte de la población tiene la costumbre de cumplir sus obligaciones, lo que les permite a él y a otros como él vivir del cuento.
La división de los catalanes entre independentistas y unionistas, o entre españolistas y catalanistas, no me parece apropiada, puesto que deja al margen lo fundamental. Es por eso que yo prefiero distinguirlos entre catalanes y catalufos. Los primeros son los demócratas que, sea cual sea su ideología o pensamiento, respetan las leyes. Los segundos son, pues, los totalitarios, los que quieren imponer a los demás su criterio, por la brava y al margen de la ley; son antidemócratas, aunque siempre tienen la palabra democracia en la boca, quizá para disimular lo poco que les gusta, lo poco dispuestos que están a adaptarse a sus normas y procedimientos; sólo aceptan lo que se les acomoda en el momento.
Estos rufianes saben que la Guardia Civil no puede sino cumplir las órdenes que le dan y que lo que se le manda siempre ha de estar dentro de la ley y justificado convenientemente. Atacar a la Benemérita, escarnecerla o burlarse de ella es ponerse a la altura de tipejos como Otegui, aunque también cabe decir que muchos ya lo estaban previamente.

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