miércoles, 1 de noviembre de 2017

Paco Frutos, como Pero Grullo

Pero, obviamente, no para vergüenza suya, sino para aquéllos que deben sentirse aludidos, que no son pocos.
No sólo están en Cataluña esos que no son lo que dicen ser. En el Reino de Valencia (la izquierda (supuesta, como se verá) nunca usa el nombre legal, sino el que conviene a los catalanistas, por lo que tomo la libertad de usar el tradicional), también hay partidos que se dicen socialista o comunista y realidad son nacionalistas, con lo cual, es obvio que no son son de izquierdas.
Es tan evidente que Paco Frutos no necesitó extenderse para explicar esto, son verdades de Pero Grullo en las cuales no cayeron Felipe González y Alfonso Guerra, ni tampoco el nutrido grupo de intelectuales que les acompañaba, en aquellos tiempos de la Transición.
Si es de izquierda no puede ser nacionalista, la idea es tan nítida y tan simple que sonroja pensar que en un momento dado un grupo de intelectuales catalanes fundó un nuevo partido político, Ciudadanos, porque no podía seguir votando al PSC, dada su deriva nacionalista. ¿Y cómo es que esos intelectuales, algunos de ellos más famosos que don Quijote de la Mancha, pudieron votar hasta el momento al PSC? Durante la redacción de la Constitución, el representante del PSC ejerció de caganer, puesto que se fue al baño, para no votar en contra de una propuesta del diputado Letamendía.
No acabaron en estos las pullas de Paco Frutos -qué mal queda Alberto Garzón si se le compara con él-, sino que también las hace extensivas a todos aquellos que se ponen la etiqueta de izquierdas sólo porque está mejor vista. Se dicen de izquierdas, pero en realidad son trileros de la política, poco amantes de la verdad y la justicia, pero diestros en el arte de engatusar a las masas con recursos facilones fomentadores del narcisismo colectivo.

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