martes, 7 de noviembre de 2017

Puigdemont en The Guardian

El expresidente catalán, que está en libertad vigilada en Bélgica, ha mandado un escrito a The Guardian, que viene a ser algo así como La Vanguardia.
Si fuera un periódico serio no la habría publicado, o de hacerlo lo habría hecho en las páginas de humor, o en un rincón, pero resumida, no íntegra. Pero se trata, como he dicho, de prensa basura, y la han tratado como si fuera un artículo de Mario Vargas Llosa, por ejemplo.
Puigdemont, como todos los de su calaña, Otegui, Iglesias, Colau, Junqueras, etc., no dice más que burradas sin lógica, ni base alguna. Sólo los necios pueden dar crédito a sus palabras y el hecho de que sean muchos no reduce su necedad.
Puigdemont dice que el suyo es el gobierno legítimo de Cataluña, pero si fuera así no lo habrían podido destituir. Cuesta mucho creer que sea tan burro como para no ver esto. Puigdemont y su gobierno representaban al Estado en Cataluña y puesto que han sido desleales con el Estado traicionándolo los han destituido. Ya no son más que presuntos delincuentes y pende sobre ellos la acusación de gravísimos delitos.
Lo de la brutal represión judicial a la que se refiere da risa o pena, según se tome de un modo o de otro. Todo el mundo sabe que se les ha consentido demasiado y que ellos han abusado de esa confianza actuando de modo dictatorial, innoble y pernicioso para los catalanes y para el resto de los españoles.
Han hecho mucho daño difundiendo el odio y obligando a aprender el dialecto catalán, cuando debían haberse limitado a fomentarlo. Con respecto al odio que se les ha inducido a tener, los adultos pueden defenderse, pero para los niños es más complicado oponerse a esas enseñanzas tan nocivas. Los profesores que participan en esta canallada merecen que exista el infierno.
Puigdemont es responsable de todo y es lógico que haya tanta gente que desee verlo en la cárcel. Hay que esperar a que se produzca la decisión de la justicia belga.

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