Por lo general, los líderes políticos de todo el mundo saben hacer grandes discursos en los que demuestran que conocen la existencia de las virtudes humanas y de los más altos ideales. Pero a la hora de actuar no se chupan el dedo, los intereses rigen sus actos, de ahí que en lo que respecta a las relaciones internacionales haya que sopesar cuidadosamente los pros y los contras.
Un político no debe dejarse dominar por sus obsesiones ideológicas, puesto que si lo hace queda a merced de los acontecimientos. Zapatero optó por quedarse sentado al paso de la bandera estadounidense, y siendo ya presidente abandonó Irak de una forma que no podía sentar bien a los ciudadanos de Estados Unidos. Por muchos soldados que envíe ahora a Afganistán y por muchos presos de Guantánamo que acoja, ya no puede recuperar lo que inconscientemente perdió.
España es un país pequeño en el concierto internacional y no puede permitirse el lujo de perder apoyos. Un reyezuelo como Mohamed, puede permitirse el lujo de chulear a España siempre que quiere, porque es aliado de Estados Unidos y de Francia, y sabe como tenerlos contentos. Un dictadorzuelo como Chávez, puede chantajear e insultar a España, porque tiene petróleo y por no tener España ya no tiene ni prestigio. Hasta compañeros de partido de Zapatero, como es Montilla, amenazan a España. La situación es deprimente.
Se ha de celebrar en Madrid la cumbre Unión Europea-América Latina y Lula y Chávez se descuelgan con la advertencia de que si va Porfirio Lobo ellos no asistirán. Esa es una falta de respeto al país anfitrión. Una más y tampoco será la última. No sólo ofenden a los españoles, también y en mayor medida ofenden a los hondureños, a los que no quieren bien como demuestran con su actitud.
Un político no debe dejarse dominar por sus obsesiones ideológicas, puesto que si lo hace queda a merced de los acontecimientos. Zapatero optó por quedarse sentado al paso de la bandera estadounidense, y siendo ya presidente abandonó Irak de una forma que no podía sentar bien a los ciudadanos de Estados Unidos. Por muchos soldados que envíe ahora a Afganistán y por muchos presos de Guantánamo que acoja, ya no puede recuperar lo que inconscientemente perdió.
España es un país pequeño en el concierto internacional y no puede permitirse el lujo de perder apoyos. Un reyezuelo como Mohamed, puede permitirse el lujo de chulear a España siempre que quiere, porque es aliado de Estados Unidos y de Francia, y sabe como tenerlos contentos. Un dictadorzuelo como Chávez, puede chantajear e insultar a España, porque tiene petróleo y por no tener España ya no tiene ni prestigio. Hasta compañeros de partido de Zapatero, como es Montilla, amenazan a España. La situación es deprimente.
Se ha de celebrar en Madrid la cumbre Unión Europea-América Latina y Lula y Chávez se descuelgan con la advertencia de que si va Porfirio Lobo ellos no asistirán. Esa es una falta de respeto al país anfitrión. Una más y tampoco será la última. No sólo ofenden a los españoles, también y en mayor medida ofenden a los hondureños, a los que no quieren bien como demuestran con su actitud.
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